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lunes, agosto 11, 2014

EVELYN MATTHEI RT ES UN PROYECTO MENOS MALO


Matthei: Acuerdo por Reforma Tributaria sólo hace que sea un proyecto menos malo

MATTHEI: ACUERDO POR REFORMA TRIBUTARIA SÓLO HACE QUE SEA UN PROYECTO MENOS MALO

La ex ministra del Trabajo volvió a criticar el proyecto de ley que según ella va a afectar la inversión, el crecimiento y el empleo.

Lunes 11 de agosto de 2014 | por Nación.cl   Publicado por: Ricardo Pérez V. - Foto: Archivo Agencia Uno + Sigue aNación.cl en Facebook y Twitter
La ex ministra del Trabajo Evelyn Matthei volvió a reprochar el proyecto de ley de Reforma Tributaria, a pesar del protocolo de acuerdo entre la Alianza y el Gobierno.
En declaraciones al programa “Tiempos Modernos” de radio Oasis, expresó que “el proyecto de ley era horrorosamente malo, muy malo técnicamente. Tan malo era que estaba bastante estancado, no ayudó para nada que la Cámara de Diputados lo despachara sabiendo que tenía problemas graves”, expresó.
Afirmó que “finalmente se llega a un acuerdo, pero es un acuerdo que lo único que hace es llevar un proyecto extremadamente malo, a un proyecto que es malo”.
Matthei aseguró que “no vamos a decir que este es un proyecto bueno que va a impulsar el crecimiento, la creación de empleos, el mejoramiento de las remuneraciones; este proyecto no va a hacer ninguna de esas cosas, al contrario, afecta la inversión, va a afectar el crecimiento, va a afectar severamente el empleo. Lo vamos a ver en los próximos meses y tengamos claro que va a afectar las tazas de impuestos de las empresas, en forma brutal”.

De la doctrina Nixon a la doctrina Obama

De la doctrina Nixon a la doctrina Obama: guía para un mundo multipolar

El 25 de julio de 1969, en una rueda de prensa informal en la isla de Guam, Richard Nixonreflexionaba sobre el papel de EEUU en Asia, en unos momentos en que la diplomacia americana buscaba una salida al punto muerto del conflicto de Vietnam. Los historiadores sitúan aquí el comienzo de la doctrina Nixon, no solo aplicable a la coyuntura concreta de Asia, pues a la vez implicó el reconocimiento de que el mundo de entonces ya nada tenía que ver que con el de la segunda posguerra mundial.
Casi medio siglo después, hay que resaltar una serie de coincidencias entre la doctrina Nixon y lo que se ha dado en llamar la doctrina Obama a partir de su discurso en West Point el 28 de mayo de 2014. El actual mandatario de la Casa Blanca se apuntó hace tiempo a la escuela del realismo político, aunque Nixon nunca figurará entre los paralelismos históricos con otros presidentes a los que nos tiene acostumbrado el mandato de Obama, presentes en sus discursos o en medios informativos afines, y que van de Lincoln a Roosevelt y Kennedy, sin olvidar últimamente a Eisenhower o incluso a Reagan. Si sustituimos Vietnam por Afganistán e Irak, veremos que los planteamientos realistas de Nixon tienen su continuidad en Obama.
En Guam Nixon se preguntaba si EEUU seguiría teniendo un papel en Asia, después de Vietnam, o se uniría a Gran Bretaña, Francia y los Países Bajos en su salida del continente. La respuesta era categórica y nos recuerda al pivote asiático de Obama: la geografía convierte a EEUU en una potencia del Pacífico. No solo Hawai y Alaska están bañadas por dicho océano sino que las posesiones americanas de Guam y las Marianas no están lejos de Filipinas e Indonesia. Por otro lado, la frustración del conflicto vietnamita no debía ser motivo para una retirada estadounidense. Para el mandatario americano Vietnam era el resultado de haber actuado con excesiva precipitación ante los acontecimientos, y la nueva política exterior debía enfocarse desde perspectivas a largo plazo. A este respecto, Nixon señalaba que su país debía seguir teniendo un papel significativo en Asia. Solo había una diferencia con la situación anterior: no había que implicarse directamente en los conflictos, teniendo en cuenta las experiencias de Corea y Vietnam. Sobre este particular, el presidente citó un consejo que le diera el mariscal Ayub Khan, presidente de Pakistán, en un encuentro privado en 1964: “El papel de EEUU en Vietnam, Filipinas, Tailandia o cualquier otro país que tenga una sublevación interna, es ayudarles a luchar y no hacer la guerra por ellos”.Nixon, político de cruzada anticomunista en su vicepresidencia con Eisenhower, consideraba ahora que si EEUU asumía los problemas internos y externos de sus aliados, éstos no cuidarían de sí mismos. Preconizaba no solo la cooperación militar sino también el desarrollo económico, indispensable para cambiar el entorno político y social de cada país. No obstante, en la rueda de prensa Nixon no dejó de reiterar que Washington mantendría sus compromisos con sus aliados, algo no muy diferente de lo que la Administración Obama suele decir a su red de socios en el Pacífico que se sienten a veces como liliputienses ante el gigante chino.
El pragmatismo de Nixon se manifestó además en su anuncio de rebajar los controles en los viajes a la China comunista e incrementar las relaciones comerciales con aquel país, aunque aseguró que los aliados asiáticos no tenían motivos para preocuparse. Faltaban menos de tres años para el histórico viaje del presidente y Kissinger a Pekín, y no era casual que la habitual animosidad de China contra EEUU en los asuntos mundiales estuviera disminuyendo. La opción china pilló desprevenida a la diplomacia soviética, pero significó el reconocimiento por Washington de que el mundo había dejado de ser bipolar.
La Doctrina Obama no nació en West Point, aunque fue un foro bien elegido para presentarla. Podemos atisbarla en el discurso sobre el Estado de la Unión de 2013, donde el presidente pone de manifiesto que lo que más interesa al americano medio es la crisis económica, el presupuesto federal y el empleo. De ahí que la política exterior tenga que consistir en vigilancia sobre el terreno y asistencia a los aliados. Nada de conflictos en nombre de la democracia y de proyectos de nation building en países lejanos. La única diferencia es que Obama en West Point proclama abiertamente que el interés americano por la paz y la libertad en el mundo no equivale a creer que cada problema tenga una solución militar, y lo recalca con una cita que busca saldar cuentas con el pasado reciente. Pertenece al Eisenhower de 1947, todavía no implicado en política, que afirmaba que buscar o aconsejar la deliberada provocación de  una guerra es un crimen contra la humanidad.

Byung-chul Han,filosofo Sur Coreano, la estrella de la filosofía alemana


Byung-chul Han, la estrella 


de la filosofía alemana


byung chul han
Byung-chul Han es el filósofo de moda en Alemania, país serio donde la filosofía sigue estando viva –lo cual no es ninguna sorpresa–,  pero lo que sí sorprendente, al menos a mí, es que se trata de un inmigrante de origen surcoreano. Según su biografía, es Corea del Sur trabajó en la industria de la metalurgia hasta los veinti-pocos años, momento en que tuvo una crisis existencial. Se cuestionó su presente y futuro como obrero del metal, y la respuesta fue un “me largo de aquí”. Recordó que siempre quiso ser un novelista, y como le gustaban algunos autores alemanes decidió irse para Alemania.
Eran mediados de los años 80, no sabía ni mu de alemán, pero no tardó en acceder a la Universidad de Freiburgo para estudiar Literatura Alemana. En la carrera le exigían leer mucho y su “pobre” alemán era insuficiente para seguir el ritmo, así que decidió cambiar de carrera a la de Filosofía, en la que tenía que leer mucho menos. Él no se imaginaba que la vía de la menor resistencia le convertiría años más tarde en toda una figura de la intelectualidad germana.
Lleva escritos más de 15 libros en los que trata de entender el mundo contemporáneo desde una perspectiva crítica con la ideología neoliberal. De momento se han traducido tres títulos al español, entre ellos la “Sociedad del cansancio” y la ” Sociedad de la transparencia”.
La “Sociedad del cansancio” se puede interpretar como un retrato de la sociedad coreana actual –y extensible a las demás sociedades capitalistas– al identificar al individuo moderno como sujeto y a la vez objeto de la explotación. Es decir, que en el capitalismo neoliberal sigue existiendo la explotación, pero a diferencia de la explotación marxista, ésta se caracteriza por la ausencia de la figura de un explotador ulterior. Ahora, es el propio trabajador que se explota a sí mismo para ser más productivo, para poder consumir más, para competir como trabajador y consumidor, y entra en una carrera agotadora cuyo fin no es otro que la de producir y consumir de forma indefinida, en otras palabras, carente de sentido.
La “Sociedad de la transparencia” es otra crítica del contexto político actual, donde cada vez es más frecuente escuchar la exigencia por una mayor transparencia ya sea en la gestión pública de los recursos como en la privada. Pero lo que viene a decir el autor es que en un mundo “transparente” no hay lugar para la “confianza”. La confianza exige que haya un secreto, algo que se desconoce, y entonces se da la opción de confiar en aquello o no que se desconoce. Si se conoce todo, no hace falta confiar. La aparente deseabilidad de una sociedad transparente, según el autor, no es más que el signo de una realidad carente de confianza, vivimos en sociedades de desconfianza. Ya no nos fiamos de nadie ni de nada.

Fuente http://trendingkorea.wordpress.com/2014/05/05/byung-chul-han-la-estrella-de-la-filosofia-alemana/