Se desconoce si pueden lidiar con terremotos, inundaciones, tornados y huracanes. Vista del reactor 3 de la planta Fukushima Dai-ichi. AP
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El riesgo promedio de daño fundamental debido a un terremoto para los reactores de EEUU permanece bajo, un accidente cada 500 años, según análisis de AP de los datos de la Comisión Regulatoria Nuclear (NRC). Pero predecir la probabilidad y daños de un terremoto es incierto; la industria nuclear japonesa fue tomada por sorpresa en marzo cuando un tsunami provocado por un terremoto superó por lejos las predicciones e inundó el sitio Fukushima Dai-ichi.

La industria nuclear de EEUU podría no estar completamente lista tampoco. Regulaciones actuales no exigen que la NRC se asegure de que los reactores nucleares continúan siendo capaces de lidiar con una nueva comprensión de las amenazas.

No se trata solo de terremotos. Incluye todo tipo de eventos, como inundaciones, tornados y huracanes, dijo un funcionario de la NRC, que habló bajo la condición de mantener el anonimato debido a que no estaba autorizado a hablar sobre el reciente trabajo sísmico de la agencia.La preocupación con respecto a terremotos no es tanto los daños directos al recipiente del reactor, el recinto reforzado en el que ocurre la reacción nuclear, sino a los tanques de agua y el equipo mecánico y eléctrico necesario en el momento del desastre. La falla de esos sistemas podría inutilizar el enfriamiento necesario para evitar la fusión de combustible radioactivo.

En algunos de los emails obtenidos por AP, el personal de NRC muestra su preocupación de que los reactores estadounidenses no han evaluado a fondo los efectos de las réplicas y el impacto combinado de un tsunami y un terremoto. Sugirieron que las plantas podrían necesitar cañerías más resistentes, además de mejores barreras para las inundaciones y depósitos a prueba de agua para los equipos esenciales. Los miembros del personal hablaron de la necesidad de mayores provisiones de combustible y baterías para pérdidas de toda la energía eléctrica durante períodos más largos. En un email se expresó preocupación sobre algunas bombas clave en Dresden que podrían fallar en un terremoto.

En un problema aparte sobre el que se informó el mes pasado, GE Hitachi Nuclear Energy reconoció que sus barras de control más antiguas podrían quedar atascadas si ocurriera un terremoto cuando los reactores estuvieran funcionando con baja energía. Las barras de control son necesarias para detener la reacción nuclear. El fabricante ha advertido a los operadores de 35 reactores estadounidenses en 24 sitios, quienes están verificando si es necesario reemplazarlos. The AP documentó gran cantidad de instancias con ese tipo de desgaste en varios equipos en una serie de investigaciones en junio, demostrando que las normas de seguridad se han relajado para mantener los envejecidos reactores dentro de las reglas.

Cuando la NRC realizó cálculos preliminares del riesgo asociado con terremotos el año pasado, era la primera vez que la agencia reevaluaba la amenaza desde que se construyeron la mayoría de las plantas."Las plantas eran más vulnerables de lo que les pareció, pero no eran inseguras. Se trata de eventos muy, muy poco comunes", dijo Kammerer, sismóloga de NRC.

Las plantas construidas hace una generación fueron diseñadas para soportar un terremoto más grande que cualquiera que hubiera ocurrido en el área. Pero desde entonces, los científicos han sido capaces de estimar mejor los terremotos que son posibles. Y en algunos casos, esos terremotos poco comunes podrían ser más grandes y más frecuentes que los que se tuvieron en cuenta para diseñar las plantas."Si cubrían un cierto nivel, no iban más allá", dijo Gregory Hardy, asesor de la industria de Simpson, Gumpertz and Hegger en Newport Beach, California, sobre algunas de las evaluaciones anteriores. "Hace cuarenta años, cuando algunas de estas plantas se comenzaron, no se tenía idea del riesgo. Nadie la tenía".

Los sismólogos de la agencia no reconocieron que un mayor riesgo relacionado con terremotos fuera un tema hasta que los operadores comenzaron a solicitar permiso para construir nuevos reactores en plantas existentes en la zona central y este de EEUU en 2003. Esas aplicaciones incluían un análisis completo del riesgo relacionado con terremotos, que se exige para todas las plantas de energía nuclear nuevas.

En algunos casos, el resultado fue mucho más alto que los cálculos de riesgos realizados por la industria a comienzos de la década de 1990 como parte de una evaluación más amplia de los peores casos posibles.

"Teníamos alguna idea de que el riesgo estaba aumentando" en el período entre el análisis a fines de la década de 1990 y las solicitudes para nuevos reactores, dijo Clifford Munson, asesor técnico senior en la Oficina de Reactores Nucleares de la NRC. Pero Munson dijo que parte de la investigación indicó que hubo desacuerdo sobre si el movimiento del suelo previsto dañaría las plantas de energía nuclear.

Kamal Manoly, también asesor técnico senior de NRC, dijo, "No había nada (lo suficientemente) alarmante que nos hiciera tomar medidas rápidas".

Pero un equipo especial pedido por el presidente Barack Obama para hacer recomendaciones de seguridad en EE.UU. después del accidente japonés ha cuestionado esa afirmación. El análisis de tres meses concluyó que los reactores existentes deberían reexaminar el riesgo relacionado con terremotos con más frecuencia.

Algunos operadores están expresando cautela con respecto al análisis inicial de NRC, y dicen que sus cálculos anteriores muestran que sus instalaciones tienen un riesgo mucho más bajo. Las diferencias entre los cálculos del gobierno y la industria han impulsado a algunas personas a pedir una revisión de un tercero independiente.

"En parte no es lógico pedir a la entidad regulada que haga el análisis sísmico para determinar si son necesarias mejoras o si es adecuado una nueva licencia", dijo el senador de California, Sam Blakeslee, geofísico que impulsó un proyecto de ley en la Legislatura para dar a la Comisión de Energía de California un papel en la evaluación del riesgo sísmico, particularmente en Diablo Canyon. "Debe haber una relación más independiente para obtener esta información técnica".

Siempre habrá incertidumbres, dicen los expertos.

"Si todas estas plantas sufrieran grandes terremotos, sería la única forma de estar seguros. Pero las únicas sobre las que sabemos están en Japón", dijo Hardy, refiriéndose al terremoto que ocurrió en marzo y otro en 2007 que dañó la planta nuclear Kashiwazaki-Kariwa.

"Hay una sensación técnica muy firme de que las plantas estadounidenses van a estar bien", dijo Hardy, "pero está la duda de cuánto trabajo será necesario para demostrarlo