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lunes, agosto 10, 2009

El Mostrador en el matrimonio del presidente PS

El Mostrador en el matrimonio del presidente PS

El día que perdimos a Camilo

El día que perdimos a Camilo En una ceremonia sin grandes invitados conocidos, el denominado factotum de la Presidenta, el cuco de Marquito y ahora ídolo de Carlos Peña, contrajo matrimonio el sábado pasado con su pareja, Jimena Tricallota. Cuando el sacerdote Fernando Montes dijo a propósito del Evangelio leído que "parece que en ese tiempo las mujeres mandaban", los invitados no pudieron contener la risotada.

Por Felipe Saleh

Álvaro Erazo se despide de la mujer que conduce el Hyundai Galloper. Baja del jeep y camina hacia el sur por el bandejón central de la Alameda a las 20:15 del sábado pasado. La calle está semivacía. Una viejecita muy encorvada da pasos cortos con su  bastón yendo  hacia el oriente y mientras alega algo en voz baja, Erazo aparece en su camino, como un obstáculo de traje oscuro. El ministro y la anciana -por sus ropas  al borde de la "situación de calle"- forman un cuadro perfecto para el spot de campaña donde Erazo, fuera de su horario de trabajo, diga: "Por esta señora es que no da lo mismo quien gobierne". Pero por ahora, el hombre al mando de la salud hace lo que cualquier ciudadano y le abre el paso a la señora -quien no lo reconoce- con un solemne y sonoro "¡adelante!".

La hostia envenenada

Ya en la vereda sur de la  Alameda, con la iglesia de San Vicente de Paul a la vista, Erazo se cruza con Camilo Escalona, el novio, quien camina apurado como un juez a la salida de tribunales acosado por la prensa, aunque no hay apuro porque está perfectamente a la hora. Los amigos Escalona y Erazo se saludan con afecto. El ministro le cuenta que habló con un invitado, quien le aseguró que venía en camino. Probablemente para amortiguar la decepción de que la Presidenta no vendrá y tampoco su amigo Osvaldo Andrade, ni menos Andrés Velasco. Pero ese no importa porque Alberto Arenas, el Director de Presupuestos, el "negro", si llegó.

Escalona no aminora el tranco y mantiene la distancia del hombre empoderado, de la estrella de cine, con el resto que lo sigue.  Sólo su hija Natalia logra quedar a su altura. Los demás corren para alcanzarlo, como si algo de inestimable valor y urgente necesidad, se alejara con él.

El matrimonio será sin misa: no habrá sacramentos ni consagración ni otro de los ritos clásicos. Formado políticamente en la Guerra Fría y en escenarios conspirativos, Escalona tal vez  advirtió el peligro de recibir una hostia, sin antes haberla revisado. El presidente del PS no es Roberto Carlos, y claramente tiene menos de un millón de amigos. Hay poco más de 50 personas en la iglesia, y las butacas de la mitad hacia atrás son espacios  vacíos. Pocos "rostros" políticos aparte de Erazo, de Claudia Serrano y su marido, el gerente  de Correos de Chile, Patricio Tapia. Si hubiesen venido sus hermanas Verónica, directora de Arquitectura del MOP y Claudia a cargo del Centro Cultural Palacio de La Moneda, o por último Víctor, Director de Operaciones de los jardines infantiles de la Fundación Integra, se habrían contado más autoridades de gobierno. Pero se nota que Escalona no es achoclonado.

Mahmud Aleuy, subsecretario de Desarrollo Regional, o Francisco, como se llamaba cuando era clandestino, ya no tiene que esconderse, pero camina muy discretamente sosteniendo la mano de su mujer Alejandra Jorquera, una de las más distinguidas entre la concurrencia.

Loreto Morrás, la esposa del diputado Marcelo Schilling, a pesar de su afición por el arte no logró la mejor mezcla de tintura.

Gracias San Camilo 

La mitad de la iglesia la ocupan familiares, entre ellos Simón Escalona, ex PS y crítico de su hermano, pero que aprovechando el impulso de piedad del lugar viene muy sonriente, paseando su estampa cuadrada, como de jugador de taca- taca en tamaño natural.

Los demás invitados son rostros anónimos para el televidente pero no para las planillas que completan la presencia del "escalonismo". A propósito, no se vio a Karina Talcan, su ex secretaria cuestionada por una asesoría al Registro Civil.

Conocidos o no, están todos dentro de la iglesia recibiendo el saludo del novio. Con una sonrisa, un apretón corto de mano y no más de una palabra. Parece un gerente firmando tarjetas de Navidad. Juntos forman un pequeño tumulto en la parte delantera de la Iglesia. Escalona los deja atrás  y camina hacia el medio de la alfombra roja por donde entra Máximo Pacheco Matte, vicepresidente de International Paper, quien vino de Brasil especialmente a ver a su amigo. Por eso Escalona le da el abrazo más sonoro hasta este momento y porque si es amigo de un Matte ¿para qué se necesita al Presidente de la República? Este seguramente no es un "chupasangre", aunque los ecologistas brasileños tal no piensen lo mismo. Cuando todos los invitados se hayan ido, sólo quedará Pacheco y su mujer, Soledad Flanagan, conversando con Fernando Montes, demostrando que los jesuitas la están rompiendo en transversalidad en la elite.

Suena la Marcha Nupcial de Félix Mendelshon y entra la novia flanqueada por sus sobrinos. La alfombra se llena de pétalos rojizos. La ceremonia la dirige el rector de la Universidad Alberto Hurtado, sacerdote Fernando Montes. Primero una invitada lee una carta de San Pablo a los Corintios donde habla de la pureza del amor. Después Montes se avoca  al episodio de "Las Bodas de Caná", donde menciona que la Virgen María le avisa a Jesús que el vino se acaba y le pide que haga algo. "Parece que en ese tiempo las mujeres mandaban", dice el sacerdote, mientras la concurrencia no contiene la risotada.

Montes termina la lectura citando a Jesús, cuando dice que "el mejor vino se sirve al final", un consejo divino que los socialistas aficionados a los almuerzos regados conocen bien y que  al parecer los garzones de la Confitería Torres siguieron al pie de la letra, porque durante largos minutos la concurrencia no recibió ni una copa hasta que Escalona llegó a la fiesta en un Skoda Octavia gris, quizás nostálgico de la época en que vivió tras la Cortina de Hierro

Fuente:el mostrador
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Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
 
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