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lunes, junio 01, 2009

Los padres de la niña fallecida por meningitis abren la vía judicial por negligencia médica

Los padres de la niña fallecida por meningitis abren la vía judicial por negligencia médica

Han presentado una reclamación a la Consejería de Sanidad, previa a una denuncia en los Juzgados, tras recabar las pruebas donde argumentan que la menor de dos años y medio no fue atendida correctamente por el primer médico de urgencias del hospital de la Santísima Trinidad

01/06/2009
Hospital de la Santísima Trinidad

Los padres de la niña de dos años y medio que el pasado 9 de enero falleció por una meningitis han abierto la vía judicial para reclamar la existencia de una negligencia médica. Como ya anunciaron a este diario entonces, consideran que su hija no fue atendida correctamente por el primer médico de urgencias del hospital de la Santísima Trinidad, llegando la enfermedad muy avanzada al hospital Clínico cuando el segundo médico que la atendió vio la gravedad de la situación y la derivó a los especialistas. Recabadas las pruebas, han presentado una reclamación a la Consejería de Sanidad, previa a una denuncia en los Juzgados para reclamar la responsabilidad de ese médico que, a su juicio, tuvo una dejación clara en sus funciones.

Según consta en el documento al que ha tenido acceso SALAMANCA24HORAS, el 6 de enero, a las 7:17 horas, la menor fue llevada al servicio de urgencias del hospital de la Santísima Trinidad. Allí, el primer doctor que la atiende deja reflejado en su parte que presentaba faringe hiperémica. "Es decir, que está enrojecida por una mayor afluencia de sangre. Eso ocurre cuando hay una irritación, infección o inflamación debido a cambios en el medio ambiente o a una leve infección viral bacteriana", argumenta el escrito denunciante. Sin embargo, este médico diagnosticó catarro en vías altas, recetándole Dalsy 5 ml, "cuyo principio activo es el ibuprofeno, medicamento antiinflamatorio y antirreumático", además de control por su pediatra. "Pero no avisó a ninguno", añaden.

Horas después, a las 13:11, viendo que la niña empeora y no responde al 'tratamiento para el catarro', sus padres la llevan de nuevo al hospital de la Santísima Trinidad, con el que tienen contratado el seguro médico. En esta ocasión la atiende otro médico y éste sí ve rápidamente la gravedad de la situación. En su parte refleja "palidez cutánea mucosa pupilas, rol boca aséptica con mucosidad en cavum acp ruios secrecionales altos, petequias por todo el cuerpo. Se avisa pediatra de guardia quien remite a urgencias del Hospital Clínico Universitario en SAS medicalizado. Diagnóstico: síndrome febril a estudio". Es decir, según consta en la denuncia, hizo lo que tenía que haber realizado el primer doctor y no se llevó a cabo entonces.

Ya en el Clínico, ante la sospecha de shock séptico de probable etiología meningocócica se comienza con tratamiento antibiótico con cefotaxima, pero sufre derrame pleural y otras complicaciones que no le hacen remontar, disminuye su frecuencia cardíaca, no responde a ningún tratamiento y ante esta situación irreversible fallece a los tres días de su ingreso, a las 15:45 del 9 de enero.

Argumentos de la denuncia

El escrito se fundamenta en que "cuando un menor de dos años tiene fiebre alta siempre hay que hacer las pruebas pertinentes para descartar enfermedades tan rápidamente mortales como la meningitis. En la primera exploración que se le practica a la menor no le realizan ninguna prueba para descartar meningitis, no la someten ni a un análisis de sangre ni le comprueban si presenta manchas por el cuerpo o rigidez de cabeza". Además, sí se daba el signo de infección en vías superiores que precede a haemofilius, y así queda reflejado en el parte de urgencia con "faringe hiperémica, es decir, que está enrojecida por una mayor afluencia de sangre".

Continúa la denuncia que "eso ocurre cuando hay una irritación, infección, o inflamación debido a cambios en el medio ambiente o a una leve infección viral o bacteriana. Por lo tanto la infección de vías superiores que presentaba la niña podría dar lugar a la sospecha por parte del médico de que se trataba de meningitis. No obstante el médico no practicó ninguna prueba para descartar la posible enfermedad y recetó un antiinflamatorio".

Por eso, los padres consiran al primer médico que atendió a la menor como responsable de la muerte de su hija por no haberla atendido como sí hizo el segundo doctor. "Siempre nos quedará la duda de que si este chico joven la hubiera atendido antes se podría haber salvado, pero está claro que el primer médico no cumplió con su trabajo y debe pagar por ello. No queremos dinero ni venganza, simplemente que haya una responsabilidad por una negligencia médica por no hacer su trabajo cuando tenía en sus manos la vida de una persona. Ante eso uno no se puede quedar de brazos cruzados", explica la madre de la niña fallecida por meningitis.

 


Fecha: 01 de junio de 2009

Autor: Raúl Martín.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Rodrigo González Fernández
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