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Sin embargo, pese a la efervescencia, Prieto, de 31 años y reconciliada con Cristián Campos, el agregado cultural de Chile en Washington, se levanta al alba a meditar, y ninguna grabación le impide dar su clase diaria de yoga a las ocho de la noche. La misma hora en que la chillona Flavia, su personaje en la pantalla, brilla entre las divas santificadas. Ahora, la protagonista de la teleserie y sus compañeros se sienten listos para mantenerse arriba a partir de mañana, frente al desembarco de la viuda alegre de TVN. Allí, la actriz competirá con Claudia di Girólamo, quien en la vida real es la madre de dos hijos de su pareja. De teleserie. - Eres la estrella de la primera batalla de las comedias. - Tiene un sabor rico. Sabe bien. Me estoy llevando los bonos de harta gente porque es el trabajo de muchos. Estamos muy contentos. - Se supone que vas a bajar el volumen a esta semana de estrellato. - Absolutamente. Me centro bastante en controlar el ego y la vanidad de las parafernalias de este mundillo. Cuando leí el primer capítulo me di cuenta de que era un bocatto di cardinale para cualquier actriz. - Para un área dramática pequeña, derrotar a un gigante como Canal 13 significa mucho dentro de la industria. - Sí. Lo que tenemos nosotros es identificación con la sociedad chilena actual. No es pretenciosa y apela a las segundas oportunidades, a los perdedores entre comillas, a la gente que está en el instituto porque no tuvo plata para terminar el colegio antes o porque era porro o porque quedó embarazada. Antes éramos más pretenciosos, más arribistas. - ¿Tiene relación con el éxito de Kramer, otro triunfador sencillo? - Sí, absolutamente. Kramer hace humor irónico y sarcástico, pero sin maldad, sin chaqueteo. Encuentro una bonita evolución que hayamos dado un giro para ese lado porque, como decía Claudio Naranjo, nuestro eneagrama es la envidia, ver maldad donde no hay. Por eso encuentro bueno que giremos en esta dirección. - Volvamos al negocio. Están superando las expectativas al derrotar a Canal 13. - Eso es un gran logro. El noticiario está en primer lugar, algo que no había pasado nunca en Chilevisión. Así que, don Alejandro Guillier, págueme la mesada la próxima semana, que quiero ir a comer al Europeo. - ¿Qué tiene Flavia, tu personaje? - Es la clásica mujer de clase media baja, esforzada, que logra salir adelante gracias a su trabajo, hasta que ve en un hombre con billete el trampolín para alcanzar sus objetivos mayores. Esa mujer existe mucho, justo ahora, antes de llegar aquí Alonso de Córdova y Nueva Costanera , una amiga me tocaba la bocina desde su auto y me gritaba: "Josééé, es que no puedo estar más identificada, Flavia es lo máximo". Es una mala, chillona al chancho, con un vocabulario demodé y una vulgaridad exquisita. - ¿Qué es lo que conecta bien con la gente? - Conecta muy bien con la realidad. No por nada se han ido apagando muchos televisores últimamente. En los últimos años, ninguna teleserie ha pegado demasiado ni ha marcado los ratings de antes. Ya no interesan tanto. Anduvieron guateando. Pegaban las de las noches, pero las otras no. Y eso es por la falta de identificación, por los personajes dibujados y maqueteados, tal vez. - Sería poco elegante pelar a Canal 13, que va perdiendo. ¿Pero no crees que es una manera de decir que la realidad no es puro reggaeton tampoco? - Yo no mordería una mano que me ha dado de comer, pero absolutamente sí. El éxito de una teleserie, independiente de un actor o actriz, es la historia. Si está bien escrita, gol. - ¿Coca Gómez acabará santificada? - Sí. El vértigo de sus personajes cautiva al espectador. En el primer capítulo, Flavia se come al rector; en el segundo, el rector deja a la señora; después, Pelayo se dará cuenta de la chichita con la que se metió. - ¿Qué otro ingrediente tiene para triunfar? El hecho de estar en Chilevisión, porque acá no hay censura. Nos dejan en plena libertad, aunque Jaime de Aguirre y Pablo Morales están pendientes de que a las ocho de la noche no se tiren chuchadas. Pese a que a las once, en "Infieles" y las "Historias de Eva", muestren de todo. - Creíamos que todos ustedes estaban comprados, como mano de obra asalariada. - No es así, no todavía; somos completamente libres. ENTRE DIVAS Esta semana ataca TVN, con sus estrellas y el oficio de su equipo de teleseries. ¿Cómo esperan ese desafío? Inquietos. Con los cojones bien puestos, pero inquietos, porque nunca se sabe lo que puede pasar. No es menor. El siete es el siete, aquí y en la quebrada del ají, con su experiencia y su público, que es suyo. Pero nosotros estamos con la idea de no bajar de los 15 puntos. - ¿Están suponiendo que TVN va a liderar? - Yo creo, aunque uno nunca sabe. Los primeros días van a ser más alejados de la realidad, pero a partir del viernes se van a empezar a conocer realmente los resultados. - Para ti, como protagonista, la batalla será con Claudia di Girólamo, la gran diva de las teleseries. - Ésa es la percepción que aparece en todas partes, pero no emitiré juicios al respecto. Aunque, a los ojos de 50 años de Chile, es como "la" actriz. - ¿Se ha vuelto más relativo eso de las estrellas? Porque en Canal 13 tampoco parece que Carolina Arregui logre levantar una teleserie en pana. - Pero la Carola Arregui tiene mucho más ángel que muchas actrices. - Bueno, pero tú, que eres una treintañera, estás disputándole el rating a las divas. - Por ahora, aunque tampoco es menor. Nosotros partimos con ocho puntos de rating y terminamos con 23, nadie se sale de la teleserie. En cambio, "Don amor" parte con un piso de 28 y desde ahí la gente se empieza a cambiar. El promedio final de nosotros siempre va a ser menor porque partimos desde muy abajo; en cambio, el siete tiene a "Rojo" y parte con más de 20 puntos. Pero como las teleseries son el apoyo fuerte para los noticiarios, nosotros estamos cumpliendo a cabalidad con don Guillier. - Eludes mucho la pregunta sobre tu estrellato. - Es un espaldarazo grande. Una confirmación de que cuando decidí estudiar teatro elegí la carrera correcta y de que hay que saber muy bien lo que uno quiere, porque si es así finalmente se te va a dar. - ¿Es agradable trabajar en un área dramática que recién se está formando? - Sí, sinceramente sí. Tiene una cosa como de misión, un gustillo distinto y muy rico. Y te permite percibir cuándo haces un aporte, porque el trabajo que hacemos los actores es muy vanidoso, egótico. Además, vamos a tener por un buen rato un área dramática que hace la collera a los grandes, algo que hace un tiempo era impensable. - ¿Qué tiene de distinto el equipo de Chilevisión? - La Coca Gómez y sus guionistas tienen la sartén por el mango, porque poseen una enorme capacidad de estar al día. Si damos sólo reggaeton nos puede salir el tiro por la culata, pero el ponceo no es lo único. Me gusta ver que la sociedad está mutando, de verdad, porque estábamos pegados en algunas historias latigudas. - Además, todo el mundo tiene mala conducta. - Así es, nos portamos mal. Si no eres tú, tienes un amigo; pero todo el mundo conoce a un Pelayo Bobadilla. ¿Quién no se enamora de una mina que después le deja caer la viga? Es como en la vida misma. LA ESCAPDA DE RIGOR - ¿Una teleserie es para una actriz sólo un trabajo bien pagado? - No, es una gran sintonía con la audiencia, la misma que mañana te va a ir a ver al teatro y que te acerca al público. A veces te acerca tanto que después tienes que andar arrancando fuera de Chile, porque quedas chata de firmar autógrafos. - ¿Tú te arrancas mucho? - Me arranco siempre, apenas puedo me voy fuera, a la soledad, a no hacer nada. Acá en Chile me transformo y a veces sale lo peor de mí. Cuando estoy colapsada porque estoy con la teleserie y quiero hacer yoga y hacer las tareas con mi hermano y hacerlo todo bien y cumplir con todos, y el colon empieza a apretar necesito arrancar. Vivo en esa contradicción, y eso que ahora me levanto más temprano para meditar. - ¿Cómo es una mañana tuya? - Me levanto un cuarto para las siete, bajo las escaleras, abro la ventana para que entre un poquito de frío y no dormirme, y me siento a meditar, somnolienta y en ayunas. A las siete y media desayuno. Avena, miel y leche calentada en el microondas. Nada de ensuciar la ollita, porque no tengo nana y no soporto ver las ollas sucias. Hago la cama y me voy. La maniática que vive en mí es importante. - ¿Y si tu pareja se levanta después y no hace la cama? - Mal, tarjeta amarilla. | |||||||||||||
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RESPONSABILIDAD
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